domingo, 5 de noviembre de 2017

VIEJAS AMIGAS

No tenemos una cajita para guardar palabras frustradas, pero sabemos que hay una cárcel hecha de cuerdas vocales. Allí malviven aquellas viejas palabras que, por viejas, han perdido sus acentos, y otras nuevas que, por nuevas, asustan a los niños y a las señoras educadas.
A las palabras nuevas es fácil entretenerlas. Sólo hace falta una baraja de sinónimos y jugar varias partidas. En cambio, aquellas viejas palabras que se debaten entre la cárcel y el abandono salen al encuentro sin que nadie las busque. Ellas tienen instinto y, por eso, la propiedad de aparecer con acierto espontáneamente.
Hoy me sale al paso una vieja palabra que quiero liberar aquí, porque si esta palabra se ha tomado la molestia de practicar ella misma su propio significado es porque no está dispuesta a desaparecer, y eso debe ser porque no sabe desenvolverse en la bruma del olvido. Así que aquí está, como un tesoro, para que la celebremos con la práctica. La palabra en cuestión es VOLUNTAD. Qué grande................
Isabel G.T

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